Después de trabajar cómo es nuestro cuerpo por dentro y por fuera y cómo tenemos que cuidarle para estar sanos, vamos a centrarnos en la alimentación.
Se me ha ocurrido que para trabajar todos los contenidos de una forma integral, lúdica y motivadora, realicemos en el aula, como proyecto, un restaurante. Pero no uno cualquiera, uno donde no falte de nada, con unos menús saludables para chuparse los dedos y unos profesionales altamente cualificados.
Se me ha ocurrido que para trabajar todos los contenidos de una forma integral, lúdica y motivadora, realicemos en el aula, como proyecto, un restaurante. Pero no uno cualquiera, uno donde no falte de nada, con unos menús saludables para chuparse los dedos y unos profesionales altamente cualificados.
Bienvenidos al ¡RESTAURANTE LAZARILLO!
Para empezar y ver cuáles son sus conocimientos previos, en la asamblea hablamos de lo que sabemos sobre los alimentos: lo que nos gusta y no nos gusta, dónde se venden, qué es bueno comer y qué es malo, de dónde salen, etc (Rutina pensamiento KWL)
Para hacer un restaurante necesitamos: Alimentos, platos cocinados, bebidas saludables, menús, comandas, manteles, sevilletas... y saber poner la mesa, atender, comprar en el mercado, pagar...
Me serviré de todo ello para trabajar la lectoescritura, las matemáticas, los conceptos básicos, la plástica, la expresión musical, la psicomotricidad...
¡¡¡Así que manos a la obra!!!
Para elaborar los menús, primero hay que conocer la materia prima, los alimentos de los primeros platos. Alimentos de origen vegetal.
Jugamos a asociar nombre y alimento, contar sus sílabas (palmadas), con qué letra empieza, por cuál termina...
Pero estos alimentos, básicos y necesarios en nuestra dieta, están CRUDOS y nosotros los tenemos que ofrecer a los comensales de nuestro restaurante, COCINADOS.
¡ ASÍ QUE NOS PUSIMOS A COCINAR !
¡Cada plato con su salsa y sofrito correspondiente!
Una actividad plástica que les encantó hacer.
Jugamos todas las mañanas a asociar nombre y plato
(intentando leer)
(intentando leer)
Después de los primeros platos vienen los segundos (eso lo tienen claro por el comedor escolar).
También tienen buena pinta ¿verdad?
No puede faltar carne, pescado y huevo. Alimentos de origen animal.
El ritmo en cocina es frenético...
El juego consiste en que yo les doy los menús y ellos intentan leerlos y me los traen.
Es muy divertido, yo me los como rápido y a por otro menú.
Pero estos menús están incompletos, ¡nos falta el postre!
Con los nombres de los postres jugamos de la misma forma.
Después de todo lo anterior, dimos un paso más: hacer menús completos y empezar a escribirlos (comandas)
Eligen un primero, un segundo y un postre.
Y luego escriben la "comanda" para pasarla a cocina
Aprenden jugando.
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