SEMBRAMOS PATATAS EN EL HUERTO DE LAZARILLO

Cuando los españoles descubrieron América también descubrieron la patata, el maíz y muchos otros alimentos que hoy son tan comunes en nuestra dieta.

Aunque tardaron en darse cuenta de que la patata podía comerse y lo rica que estaba, podemos afirmar que su descubrimiento supuso más valor que el de todo el oro que trajeron los españoles del Nuevo Mundo, porque este tubérculo supuso el fin de tantas hambrunas que se cobraban millones de víctimas entre las clases más pobres de toda Europa.

Lazarillo, que no es tonto, también quiere patatas en su huerto (él sí que sabe de hambre) y ha contado con dos personas encantadoras que desinteresadamente nos han ayudado a sembrarlas y a conocer muchas cosas interesantes sobre ellas.

Quiero agradecer desde este pequeño rincón, de todo corazón, a Encarna y Antonio por el día tan agradable que nos regalaron.

Nos trajeron patatas sembraderas de Villoria, el mejor pueblo de la provincia, el suyo y el mío.

Nos enseñaron a partirlas

 

Buscamos sus yemas

Las troceamos

También nos trajeron maíz forrajero, para alimento animal.

Y nos sorprendió su utilidad: saquitos de maíz que al calentarlos al microondas guardan el calor varias horas. ¡OLÍA A PALOMITAS!

Nos gustó tanto, que Encarna se ha comprometido ha mandarnos algún saco más hecho por ella misma.

Y después... con azadón en mano, a sembrar las patatas al huerto.

¡QUÉ EMOCIÓN!

Nos encantan las patatas: en puré, tortilla, fritas, con carne o en bolsa...

Antonio en un momento preparó la tierra.

Colocamos cada trozo de patata con yema, sobre la tierra.

Y Antonio las fue metiendo una a una bajo la tierra, a golpe de azadón, donde estarán 21 días sin regarse, a no ser que llueva. Después las cuidaremos con mucho cariño, regándolas cada 6 días, hasta que crezcan unas hermosas patatas, bajo la tierra, que alguno no lo sabía.

Insisto... muchas gracias por vuestro tiempo, por compartir vuestro trabajo con nosotros y por acercar el medio rural a la escuela.