Si además podemos permitirnos elaborar estas recetas con los alimentos que nosotros mismos hemos sembrado y cuidado, totalmente ecológicos, la motivación de los alumnos en todo el proceso es tan grande que sin darnos cuenta, con una actividad
podemos conseguir muchos objetivos.
En este caso, teniendo en cuenta la entrada anterior, después de realizar un semillero de lechugas, el objetivo era realizar con los alumnos una ensalada de lechuga con varios ingredientes: tomates cherry, maíz, atún, zanahoria rallada, aceite vinagre y sal.
La valoración es muy positiva, durante su elaboración conseguí:
- Estimular el interés por la comida sana y equilibrada.
- Desarrollar procesos cognitivos: manipular, trocear, mezclar, separar, etc
- Usar todos sus sentidos.
- Desarrollar sus capacidades de motricidad fina y coordinación visomotora.
- Promover el aseo, el orden y la limpieza.
- Aumentar su vocabulario: desconocían aliñar.
- Conocer el origen de algunos alimentos como la sal, el atún, el vinagre o el proceso de transformación de un alimento crudo a uno tratado, como el maíz.
- Repasar algunas letras dadas y discriminar otras nuevas como la ch ( lechuga, cuchillo).
- Leer la receta.
- Escribir palabras en los espacios en blanco como dictado o copia.
- Recordar la secuencia de los pasos realizados.
- Poner en uso conceptos como seco, húmedo, tierno, liso, rugoso,hoja ancha, estrecha, lleno,vacio...
- Contar las hojas de lechuga y discriminar quién tiene más o menos.
- Emocionar, porque sonreían y disfrutaron de cada momento.
- Probar lo que ellas mismas habían elaborado, aún sabiendo que no les gustaba.
Y consiguieron que yo también disfrutara recordando mi taller de cocina que hace años realizaba en otro cole, con otros niños...
Os dejo aquí la receta para que si alguno quiere animarse la podáis realizar en casa.
¡Ánimo!
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